Plínio Palhano
MERCADO DE ARTE SE CONQUISTA

Hasta la década de los 50 del siglo pasado, el mercado internacional de arte era liderado por París, porque, entre otros motivos, en el marco de su tradición cultural, fue escenario revolucionario en el mundo de la estética y base para los movimientos y artistas más importantes, que consolidaron el arte moderna. Después de ese período del brillo francés, la supremacía pasó para New York y Londres. Hoy, los Estados Unidos detienen el 49% de ese mercado; el Reino Unido, el 28.75%; y Francia, el 5.6%.

Según los expertos, la ascendencia anglosajona se debe al comercio o a las actividades de servicios de alto nivel, como, por ejemplo, los que hacen empresas como la Sotheby's, la Christie's y la Phillips, que dominan sobre todo las ventas en las subastas, conquistando la confianza de los inversionistas internacionales, con sus patrones en la garantía de precios y en la negociación de sus comisiones. En Francia, agentes y evaluadores oficiales todavía se mantienen presos a un estatuto rígido (y antiguo), que les prohibe tales prácticas. Eso ha limitado la ampliación de su mercado con miras a una internacionalización más agresiva. Los franceses intentan cambiar ese cuadro a partir de una reestructuración de las normas actualmente tramitando en el Parlamento.

Pero es precisamente en Francia donde encontramos, en los siglos XIX y XX, marchands como Paul Durand-Ruel, Ambroise Vollard y Daniel-Henry Kahnweiler, verdaderos precursores del mercado actual. De igual forma, los artistas contemporáneos suyos abrieron caminos hacia una concepción moderna de arte. En los primeros veinte años del movimiento impresionista, por ejemplo, entonces negado por el público y por la crítica oficial, había una seria escasez de venta de las obras de sus seguidores. Con interés y mirada profética, Durand Ruel y Ambroise Vollard depositaron su confianza en aquellas obras, hoy consideradas las bases de la formación de varios movimientos que han enriquecido el siglo XX, además de ser supervaloradas en las subastas internacionales, alcanzando cifras superiores a los 80 millones de dólares, como es el caso del Retrato del Doctor Gachet, de Van Gogh, comprado en 1990.

En el apogeo de los grandes movimientos de comienzos del siglo XX, surge en el mercado de arte europeo el marchand judío-alemán D. H. Kahnweiler, siguiendo los primeros pasos del expresionismo, del fauvismo y, sobre todo, del cubismo, movimientos que más le interesaban para el comercio de su galería, abierta en el mismo período. Como él creía que "son los grandes pintores los que hacen a los grandes marchands", se alió a Vlaminck, Juan Gris - que le dedicaba amistad y admiración -, Léger, Derain, Picasso y muchos otros. Según él mismo ha declarado a Francis Cremieux en el libro "Mis galerías y mis pintores", había fraternidad entre él y los artistas: siempre firmaban buenos contratos, que interesaban a ambas partes.

Poco a poco, con la participación de esos marchands, que instalaron sus filiales en New York, y de los coleccionadores norteamericanos, los Estados Unidos, además de dignificar su patrimonio artístico y alzarlo a la cumbre del mundo, llegaron a poseer obras europeas de valor monumental. Solomon R. Guggenheim, fundador del Museo Guggenheim, inició la estructura del Museo con su importante colección, a la que, posteriormente, fue agregada la de su sobrina Peggy Guggenheim, personaje de marcante influencia entre los artistas norteamericanos, a los cuales ayudó con dinero y prestigio. También Leo Castelli, el destacado marchand norteamericano que, en la década de 1960, defendía a sus artistas pop con una pasión dolarizada, los puso en el circuito internacional con incomparable poder.

Londres, que, a su vez, realiza subastas de repercusión mundial, es considerada uno de los más grandes polos de producción y difusión del arte contemporánea, sobre todo debido a la presencia de la generación de los Jóvenes Artistas Británicos, que esparcen por el planeta innumerables innovaciones en los experimentos plásticos. El millonario Charles Saatchi es uno de los responsables por esa posición privilegiada. El magnate no sólo posee amplia colección de esa generación sino que la ha expuesto, y con gran éxito, en 1997, en la tradicional Royal Academy of Arts, bajo el título de Sensation. Según varios críticos, entre los cuales se cuenta a Waldemar Januszczack, del Sunday Times, Saatchi logró con eso que la institución saliera de cierto "letargo"...

En Brasil, pese a la competencia, que se lleva a cabo entre distintos sectores, por una economía globalizada, el camino de arte avanza a pasos lentos hacia la internacionalización de sus productos. Pese a los loables esfuerzos de los marchands, galeristas y agentes, sobre todo en la Región Sudeste, y a los grandes hechos, como la Muestra del Descubrimiento - Brasil + 500 (iniciada el año 2000 y que se cerrará en diciembre de 2002 con la meta de recorrer diecisiete museos internacionales), y las Bienales de São Paulo, que calientan las turbinas del mercado de arte, todavía estamos lejos de una participación más efectiva en el escenario internacional. Pero podemos destacar el pernambucano Marcantonio Vilaça como uno de los que más han brillado con sensibilidad, agudez y voluntad, en defensa del arte contemporáneo brasileño. Perteneció él a ese linaje de coleccionadores, marchands y galeristas que sabían ejercer su oficio y lo han dignificado. Adolescente aún, inició su colección, solidificándola como una de las más importantes de Brasil.

La pasión por el arte era el modo de vivir de Marcantonio Vilaça, entendiéndolo como conocimiento y fuerza transformadora del pensamiento humano. Como diría el historiador Paulo Herkenhoff, "Para Marcantonio, era el arte la cosa más importante de la vida - exceto la vida como tejido afectivo". Escogió a los artistas para participar de su galería Camargo Vilaça, adquiriendo sus obras para defenderlas en los grandes centros. Los puentes que construyó para la internacioalización del arte brasileña han sido el testimonio del trabajo de quien asume su misión. Participó de eventos mundialmente importantes, integrando incluso el Consejo de la Arco (Madrid), una de las más importantes ferias de artes de Europa. Y, con su actitud profesional, señaló que el mercado de arte se conquista de manera agresiva y emprendedora. Dondequiera que uno se encuentre.