En los años 1977, 1978 y 1979, se dedicó el artista a estudios del desnudo, intensamente involucrado en las cuestiones de las masas pictóricas y de las luces que captaba de los volúmenes en los cuerpos, en un proceso de liberación de la materia, con énfasis en el apurado sentido de la mirada, sin penetrar en detalles anatómicos sino, principalmente, destacando la fluidez de la forma, del color y de la composición, llevando en cuenta el elemento más vivo de la desnudez.

• Ângelo Monteiro